Neuchâtel


Alegres y típicos valles que se suceden sin parecerse entre sí, viñedos en los que se pierde la vista, una ciudad medieval y universitaria, sugerentes playas, un lago sobre el que este paisaje, rural y urbano a la vez, se refleja en el atardecer: el litoral de Neuchâtel es una de las perlas del Watch Valley, un auténtico jardín del Edén en el que respirar la atmósfera de la dolce vita.
La historia de Neuchâtel comienza bajo el Reino de Arlés (Arelato), un reino borgoñón que se extendió desde las costas mediterráneas hasta Basilea. La primera mención de un “nuevo castillo” – novum castellum, en latín – data del año 1011, del reinado de Rodolfo III (993-1032), y hace referencia al carácter reciente de aquella fundación y a la construcción del mismo castillo, “situado idealmente a lo alto de una colina” sobre la planicie y el lago, muy probablemente en el actual emplazamiento de la torre de prisión.


La ciudad de Neuchâtel, con su centro medieval, las zonas peatonales, los bistrots y los restaurantes, un auténtico mercado de productos autóctonos, los impresionantes museos y las noches más modernas.
el patrimonio cultural en el que se entrelazan el futuro y el pasado. La industria de vanguardia, en la que se desarrollan precisión e innovación, crece junto a edificios centenarios de una encantadora belleza arquitectónica.


El lago de Neuchâtel invita al relax y a la práctica de deportes acuáticos. Los casi 15 kilómetros de costa accesible ofrecen playas, áreas de picnic y calles reservadas exclusivamente a los peatones, atletas y ciclistas. Los barcos de la "Société de Navigation" surcan cada día la vía navegable más larga de Suiza.


Para los habitantes de Neuchâtel, cualquier ocasión es buena para celebrar. Fiestas de todo tipo celebran la vendimia, el cine fantástico, la música de calle, las exposiciones de antigüedades y, sobre todo, ¡las noches llenas de vida!
los vinos blancos, tintos o rosados, deben su tipicidad a una gama de viñedos y denominaciones de alta calidad. Constituyen el acompañamiento ideal para quesos, fiambres y pescados de lago o de río.


Volvemos a la historia de Neuchâtel para recordar el día más popular entre sus habitantes, el 1 de marzo, que también es día festivo en todo el cantón.
Desde siempre en contacto con la democracia de los cantones helvéticos, los neuchâteleses tomaron gusto de la autonomía política de la gozaban aquellos. Luego de una insurrección revolucionaria sofocada en 1831, triunfó la revolución republicana contra la monarquía el 1 de marzo de 1848. Encabezados por Fritz Couvoisier, los insurgentes se pusieron en camino desde Le Locle, en las montañas, para bajar hacia el Littoral y expulsar definitivamente a los prusianos. Aquí comienza la historia moderna de Neuchâtel. Alexis-Marie Piaget preside el gobierno provisional y, después, el primer Consejo de Estado, además de tener un papel importante en la redacción de la constitución y la legislación del nuevo cantón. En 1856, fracasa un intento de contrarrevolución, lo que lleva a la renuncia a todos los derechos sobre el cantón, por parte de la corona prusiana.

Hoy en día, el cantón de Neuchâtel cuenta con una población de 165.000 habitantes, repartidos en seis distritos. La capital del cantón, de 32.00 habitantes, es seguido por La Chaux-de-Fonds, con 38.000 habitantes, y Le Locle, con 12.000.









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